Algunas veces, en realidad muchas, nos sentimos muy contentos con quienes nos visitan y este es un caso que tenemos ganas de destacar.
Deja a su hija en la escuela, camina unas calles y algunos días se viene a la cafetería a tomar un cortado, charlamos un rato y se va rumbo a su trabajo.
Sabemos de su preocupación por lo que hace, de su esfuerzo, de su imaginación, de su compromiso y fundamentalmente del cariño que le tienen, grandes y chicos y de cuanto y cuantos lamentan que las cosas cambien a partir del verano.
Le dicen Paco, es maestro de la Escuela Pública Municipal de Benimaclet y no dudamos que seguramente más de una familia lamentará que en el próximo ciclo ya no sea el profesor de sus hijos, y entre esos estaremos nosotros, quienes nos hemos sentido halagados con su trabajo y dedicación.
Estamos absolutamente convencidos que es el maestro que todo niño merece tener y por que no decirlo, es el maestro que todo padre desearía tener para sus hijos, y ese privilegio, durante nada más que dos años lo tendrán otros, y está bien, todos tenemos derecho a toparnos en nuestras vidas con gente que realmente vale la pena conocer.
Si nuestra hija fuera una mala alumna este post, sería pelota pura, pero no es nuestro caso, lo nuestro es un dar gracias a quien con su presencia prestigia nuestra Cafetería, y aparte es de buen nacido ser agradecido.
Lamentando que en el último ciclo ya no seas el profesor de nuestra hija, nos queda la satisfacción y el privilegio que lo hayas sido este tiempo y que hayamos compartido tantas charlas sin haber hablado nunca del colegio.
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