Cuando hacemos las cosas sin esperar nada a cambio nos reservamos, aún sin pensarlo, un elemento fascinante en nuestras vidas que es la sorpresa, y que cuando alguna vez eso se convierte en realidad revivimos la emoción y la alegría que nos retrotrae a cada 6 de Enero de nuestra más tierna infancia.
Lo decimos por lo siguiente:
Hace unos días colgamos un post, sin más pretensión que narrar un hecho real acontecido en nuestra cafetería y hoy la persona que se sintió involucrada nos hizo varios regalos.
Nos regaló su emoción, su agradecimiento, nos dijo con su actitud que estamos en la camino correcto de nuestra apuesta por la juventud y nos dejó de recuerdo un ramo de rosas, que obviamente engalana orgullosamente nuestra cafetería.
Gracias por todos esos gestos, gracias por hacernos recordar que la juventud es mucho más que una edad, que es un estado de ánimo, que es una valor por el que vale apostar.
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