Algunos piensan y hasta quizás tengan razón, que la bebida en cristal es distinta de la que viene en bote.
Nosotros pensamos que eso es una leyenda urbana y que está alimentada por quienes tienen intereses creados en que se consuma una u otra.
Algunos de nuestros proveedores no ven con demasiados buenos ojos que consumamos botes en vez de cristal, y la explicación es que el bote se ve el precio en cualquier supermercado y el cristal no, con lo cual se puede cobrar más caro.
Afortunadamente la gente no es estúpida y entre una botella de cristal de 20 cl y un bote de 33 cl (o sea un 65% más) elige el bote, obviamente, máxime cuando el precio es el mismo.
Los fabricantes y embotelladores tampoco son estúpidos y envasan para todos los gustos, máxime en aquellas bebidas que al no tener gas agregado, burbujas que algunos la llaman, pueden ser servidas sin ningún inconveniente en copas y obviamente con un precio más económico, algo no del todo malo en estos tiempos de crisis.
Sólo tomaremos algunos ejemplos, Nestea y Aquarius.
No tiene gas incorporado y por el mismo precio se puede beber un botellín o un bote (con los contenidos que antes mencionamos) pero hay más, por un precio bastante menor y con el mismo sabor, color y calidad se pueden servir copas del mismo contenido que los botes.
Esa diferencia puede representar, en tiempos de promoción como el actual, al menos de un 33% menos, algo para tener en cuenta.
Cada uno debe decidir si paga por el cristal y no por el contenido, o si se conforma con el bote o bebe lo mismo en una copa casi de diseño, por mucho menos.
Para nosotros es exactamente lo mismo, pero para tí, quizás no lo sea tanto.
Como siempre, estamos a tu disposición para lo que elijas.
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